Ya lo estás viendo. Es bastante claro. La noche es oscura, fuera hace frío y una enorme soledad lo recorre todo. En cambio, dentro, dentro hay algo más de vida, de conversación, de sueños compartidos o vete tú a saber qué.
Soy el señor Phillies, Eduard Phillies, me dedico a vender café, entre otras cosas, mayoritariamente del tiempo del día des de hace, tal vez, 20 años.
Durante el día vendo café, una droga poco conocida, emborracho a la gente de café.
Uno, cuándo hace mas de 20 años que trabaja en un bar que todo el mudo le pide café, se acaba artando de él. Pero me he dado cuenta que llega una hora del día que no se vende ni una gotita. Es el atardecer, sobretodo en invierno y otoño, que hace mas frío cuándo baja el sol. La gente que sale a pasear, sola o en compañía, busca el calor, la luz, como las mocas y los mosquitos.
Un día de estos, en una hora de estas que no se vende ni una gotita de café, vi entrar una chica con un vestido rojo, uno de esos que hipnotizan, y tenía el cabello rojo, como de fuego. Y cinco minutos mas tarde un joven con gorro negro, que conozco, no sé de que, pero su cara me sonaba... Empezaron a hablar flojo, yo no los entendía. Hablaban como si fuera un secreto o algo muy importante. Y después de que hablaron un rato la chica sé puso a llorar y el hombre sé fue. Mientras estos dos hablaban entró un hombre con gorro marrón, que este se fue detrás del señor con el gorro negro. Esta es una situación bastante extraña.
Después de tres días, me enteré que habian puesto a prisión al señor del gorro marrón porque había matado al señor del gorro negro y que el señor del gorro negro era un asesino que había matado a su padre y ese día que la chica se puso a llorar era porque el del gorro negro la había amenazado de matar a su hermano si no le pagaba una burrada de euros! Aún estoi sorprendido que esto pudiera pasar a mi bar!
Durante el día vendo café, una droga poco conocida, emborracho a la gente de café.
Uno, cuándo hace mas de 20 años que trabaja en un bar que todo el mudo le pide café, se acaba artando de él. Pero me he dado cuenta que llega una hora del día que no se vende ni una gotita. Es el atardecer, sobretodo en invierno y otoño, que hace mas frío cuándo baja el sol. La gente que sale a pasear, sola o en compañía, busca el calor, la luz, como las mocas y los mosquitos.
Un día de estos, en una hora de estas que no se vende ni una gotita de café, vi entrar una chica con un vestido rojo, uno de esos que hipnotizan, y tenía el cabello rojo, como de fuego. Y cinco minutos mas tarde un joven con gorro negro, que conozco, no sé de que, pero su cara me sonaba... Empezaron a hablar flojo, yo no los entendía. Hablaban como si fuera un secreto o algo muy importante. Y después de que hablaron un rato la chica sé puso a llorar y el hombre sé fue. Mientras estos dos hablaban entró un hombre con gorro marrón, que este se fue detrás del señor con el gorro negro. Esta es una situación bastante extraña.
Después de tres días, me enteré que habian puesto a prisión al señor del gorro marrón porque había matado al señor del gorro negro y que el señor del gorro negro era un asesino que había matado a su padre y ese día que la chica se puso a llorar era porque el del gorro negro la había amenazado de matar a su hermano si no le pagaba una burrada de euros! Aún estoi sorprendido que esto pudiera pasar a mi bar!
